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En cualquier economía de libre mercado las alzas de precios responden a la dinámica entre la oferta y la demanda. De esta manera, si hay un exceso de demanda aumenta el precio, y si hay un exceso de oferta este tiende a disminuir. Parece que en el caso del aumento en el precio de la tortilla, éste responde a un exceso de demanda de maíz para producir tortilla y por eso éste ha aumentado. Si consideramos que el maíz tiene usos alternativos como la producción de etanol, y que la producción del maíz ha venido cayendo, ya sea por desastres naturales o por falta de apoyos a los productores, esto explicaría claramente el aumento de precio en la tortilla.
Ante este hecho, se han hecho propuestas de regresar a esquemas de controles de precios, debido a la importancia que este alimento tiene para las clases con menores ingresos para evitar que se deteriore más su poder adquisitivo, por ello se argumenta que habría que ponerle un freno al precio y controlarlo por decreto. La historia nos ha enseñado que esto lleva a generar un precio de mercado negro, desabasto, corrupción y quiebras.
Los controles de precios van en contra de la esencia del sistema económico en el que los precios se determinan libremente por las fuerzas del mercado. El sistema de precios es la fuente de información en el sistema económico, si se controlan los precios se impide que la información fluya y se generan más problemas de los que se pretenden resolver.
De acuerdo con la información de la Encuesta de Ingreso-Gasto del INEGI para el 2004, el 80% de los hogares mexicanos consumen tortillas. A partir de esta encuesta se estima que el gasto del total de los hogares mexicanos en tortillas es del 1.37 por ciento. En el segmento de los hogares más pobres, la proporción del gasto que se destina a tortillas es de 0.4 por ciento, mientras que el 10 por ciento de más ingresos gasta el 1.8 por ciento en este producto, es decir, las personas con mayor nivel de ingreso consumen más tortillas. Por ello un subsidio al consumo de tortillas beneficiaría a los más ricos.
Por todo esto el problema no se debe resolver con controles de precios que han probado su ineficacia en el pasado reciente. En los últimos meses el maíz ha aumentado su uso alterno para producción de energéticos lo cual ha incrementado la demanda, pero la oferta no va en el mismo sentido. De ahí el aumento en el precio del insumo de la tortilla.
Ante este hecho, se han hecho propuestas de regresar a esquemas de controles de precios, debido a la importancia que este alimento tiene para las clases con menores ingresos para evitar que se deteriore más su poder adquisitivo, por ello se argumenta que habría que ponerle un freno al precio y controlarlo por decreto. La historia nos ha enseñado que esto lleva a generar un precio de mercado negro, desabasto, corrupción y quiebras.
Los controles de precios van en contra de la esencia del sistema económico en el que los precios se determinan libremente por las fuerzas del mercado. El sistema de precios es la fuente de información en el sistema económico, si se controlan los precios se impide que la información fluya y se generan más problemas de los que se pretenden resolver.
De acuerdo con la información de la Encuesta de Ingreso-Gasto del INEGI para el 2004, el 80% de los hogares mexicanos consumen tortillas. A partir de esta encuesta se estima que el gasto del total de los hogares mexicanos en tortillas es del 1.37 por ciento. En el segmento de los hogares más pobres, la proporción del gasto que se destina a tortillas es de 0.4 por ciento, mientras que el 10 por ciento de más ingresos gasta el 1.8 por ciento en este producto, es decir, las personas con mayor nivel de ingreso consumen más tortillas. Por ello un subsidio al consumo de tortillas beneficiaría a los más ricos.
Por todo esto el problema no se debe resolver con controles de precios que han probado su ineficacia en el pasado reciente. En los últimos meses el maíz ha aumentado su uso alterno para producción de energéticos lo cual ha incrementado la demanda, pero la oferta no va en el mismo sentido. De ahí el aumento en el precio del insumo de la tortilla.
El problema se debe resolver aumentando la competitividad de los productores de maíz de nuestro país. Actualmente la rentabilidad del campo que cultiva maíz se ubica en promedio en 3 toneladas por hectárea, lejos de E.E.U.U. y Europa que están sobre 10 toneladas por hectárea. Además, para elevar la productividad del campo se debe introducir tecnología de punta en el campo, eliminar la prohibición de transgénicos, así como diversificar cultivos del maíz blanco, al maíz amarillo para forraje y producción de alta fructosa. Por otro lado, para disminuir los costos de intermediación de deben diversificar los canales de distribución de la masa para la tortilla, en la actualidad Gruma es el monopolio en este canal, por lo tanto los costos de intermediación son muy altos.
Otras medidas para aumentar la productividad son producir el maíz en parcelas de miles de hectáreas y no como se hace en la actualidad donde se siembra en espacios reducidos. También se deben aumentar las inversiones en equipo y tecnología, invertir más en innovación. Y abrir los canales de acceso al crédito comercial.
¿Qué hacer ante los aumentos en el precio de la tortilla? La historia nos ha enseñado que los controles de precios no son la solución, así como tampoco los subsidios generalizados a la producción o al consumo, éstos resultan más costosos y terminan beneficiando a quien no lo necesita. La respuesta se encuentra en mejorar la competitividad de los productores de maíz para producir más y mejor maíz y así satisfacer la creciente demanda de este insumo.
Otras medidas para aumentar la productividad son producir el maíz en parcelas de miles de hectáreas y no como se hace en la actualidad donde se siembra en espacios reducidos. También se deben aumentar las inversiones en equipo y tecnología, invertir más en innovación. Y abrir los canales de acceso al crédito comercial.
¿Qué hacer ante los aumentos en el precio de la tortilla? La historia nos ha enseñado que los controles de precios no son la solución, así como tampoco los subsidios generalizados a la producción o al consumo, éstos resultan más costosos y terminan beneficiando a quien no lo necesita. La respuesta se encuentra en mejorar la competitividad de los productores de maíz para producir más y mejor maíz y así satisfacer la creciente demanda de este insumo.
2 comentarios:
De acuerdo mi estimado, sólo que no dejes de lado que el campo mexicano no es el campo gringo. Para que aquí se produciera como allá tendríamos que tener otra manera de organización en el campo... Como supongo que bien sabes, cuando el Tata Cárdenas decidió dar un pedazo de tierra a todos los mexicanos, cometió uno de los errores más grandes, pues hizo propietarios a millones de campesinos (indígenas y con poco acceso a la educación, además) pero los hizo poco productivos e imposibilitó que estas pequeñas parcelas se inserten en un sistema de mercado (ideal) como del que tu hablas.
Es decir, estoy de acuerdo en que las soluciones de largo plazo no son los subsidios a los precios de algunos productos necesarios para la vida del 80% (este dato lo das tu) de los hogares mexicanos; sin embargo Saulo, te digo que si todo fuera tan sencillo como emprender una modernización del campo, ya se hubiera hecho. Es por esta y otras muchas razones que en México no podemos esperar tener una economía completamente de libre mercado... es más diría yo que ojalá y Dios nos libre de eso. Si eres economista, sabes que si bien no se puede escapar a las tendencias mundiales, existen críticas serias a este modelo y propuestas nuevas, no de ese neoliberalismo tan radical como el que aquí planteas, además de que por cuestiones culturales, bajo el esquema "duro" del neoliberalismo los países latinoamericanos estamos condenados al fracaso económico por los siglos de los siglos... Amén.
Sí estoy totalmente de acuerdo contigo, la forma de tenencia de la tierra en México es un problema graveque impide el desarrollo del campo. Salinas trató de cambiarlo, pero no pudo.
Sin duda algo se tendrá que hacer.
Sí soy economista, pero no soy neoliberal. No creo en los subsidios, pero sí cre en los apoyos a los productores a través de financiamiento y otros esquemas.
Saludos!
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