sábado, 5 de diciembre de 2009

Primer Retiro de Jóvenes de Casa de Silencio

¿Cómo describir una experiencia que se enmarca en el lenguaje más profundo y expresivo de Dios? Ese lenguaje es el silencio.
Primero debemos hacer conciencia de la inhabitación divina; es un concepto que todo ser humano debería tener muy presente. Podemos entenderla como que Dios no es un ser ajeno que vive en el cielo y nos castiga y lleva notas sobre las cosas malas y buenas que hacemos. Dios vive en el interior de cada uno de nosotros.
Del sueño y oraciones del Padre Francisco nace la idea de hacer un retiro para jóvenes de Casa de Silencio y Camino Contemplativo Nazaret. Finalmente, el sueño se hizó realidad el pasado fin de semana. Dieciséis jóvenes de distintos lugares del centro del país nos reunimos en un maravilloso lugar en Valle de Bravo, estado de México. La casa San José del Valle.
El viernes recibimos a los jóvenes, muchos de ellos venían invitados u obligados por sus familias. La primera dinámica se llamó la "entrevista" una buena idea de nuestra compañera Laura. Consiste en romper el hielo entre los invitados. La pregunta más recurrente fue ¿qué esperas de este retiro? ¿Por qué estas aquí? La respuesta que mas me impacto, fue que cierta persona venía por el hartazgo del mundo. Otros, en cambio, querían conocer a Jesús. Así empezaron las primeras pláticas, la de silencio y condición humana. Ignoro lo que cada jóven pensaba, pero sé que Dios les habló directo a su corazón. Antes de cenar hicimos un ejercicio de relajamiento en la capilla de la casa. Después cenamos y cada quien a dormir.
El sábado fue un día muy intenso. Primero, hicimos oración en la capilla. Desayunamos y empezaron las pláticas del método de la oración centrante, en esta ocasión se dividieron en tres. Éstas fueron impartidas por Julio, Judith y Alma. Le doy gracias a Dios por la hermosa experiencia de ver a Alma compartiendo su formación con jóvenes. Ojalá y lo haga en varios retiros, y si Dios quiere, algún día pueda estar frente a un grupo enseñando esta maravillosa forma de oración. Después de las pláticas de Lectio hicimos una caminata al lago, en donde a todos nos impacto ver los parapentes, seguramente todos hemos soñado con volar y esa es una forma de lograrlo. Dos chavas querían subirse pero al saber el precio se les quitaron las ganas ($1,400 por dos horas). Regresamos a casa a comer.
La tarde inició con la Lectio Divina, antes de la Misa, leimos el Evangelio del 29 de diciembre (Lucas 21, 25-28. 34-36), en la parte final de éste decía: "Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del Hombre". A las 5:00 pm estabamos listos para la Misa. Dado el exceso de trabajo de los sacerdotes costó un poco de trabajo encontrar uno que estuviera dispuesto a realizar la ceremonia. De hecho se consiguió, pero sólo tenía permiso de dar la Misa y regresar inmediatamente, no podía confesar a nadie. Para sorpresa de todos llegó un padre jóven, él mismo decía que nos mandaron a un monagillo y no a un padre. La Misa fue hermosa, su homilía igual, incluso oramos en silencio el Padre Nuestro, la comunión fue del cuerpo y sanfre de Cristo, y los que no pudimos comulgar, el Padre oró por nosotros.. Hubo algunas anécdotas curiosas como que en el sagrario no había hostías, asi que tuvimos que correr por una hermana para que nos bajaran unas de la Iglesia. Y así como a las 6:15 pm terminó la Misa...y sí el Padre confesó a algunas personas.
Las "clases" de Lectio continuaron para enseñar a hacer la rumia y demás. En lo que los jóvenes la compartían con Judith. Erik y yo empezamos a preparar lo que sería la "lunada contemplativa". En lo que encendíamos los leños salió un alacrán, seguramente le robamos su casa y el pobre insecto tuvo que ser sacrificado. Una vez que subieron los jóvenes no se les dijo nada sobre el tema para que no se asustaran y no quisieran sentarse. Abrimos el momento con el pasaje de Hechos sobre pentecostés y un fragmento de Romanos 8. Erik toca la guitarra así que se arrancó con cantos de invocación al Espíritu Santo, el plan original era cantar sólo 3 canciones, pero se pidieron más así que, el buen Erik, cantó y tocó durante ¡dos horas! Todo un concierto de alabanza a nuestro Señor. Mientras tanto todos los demás comimos bombones, con galletas marías y chocolate derretido y brindamos con rompope. Después de ese grato momento en el cual me enteré de la derrota del América, nos fuimos a dormir.
El domingo tenía que llegar con la despedida. Se cerró el tema de Lectio y se hizo un resumen general. Al final con la canción de "Coincidir" se abrió la dinámica de compartir las experiencias, ahí hubo de todo...en conclusión creó que Dios sí tocó el corazón de cada jóven, esperemos que sigan por este camino. Como siempre el retiro se cerró con "Color Esperanza". Al final, hubo una comida en la que ya se podía hablar, pero curiosamente reinó más el silencio jejeje.
¡Gloría a Dios por esta experiencia!
¡Bendice a todos los que participamos dentro y fuera para la organización de este retiro!
¡Qué sea el inicio de muchos más!

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