Pues así como lo predecían varias encuestas Beatriz Paredes es la nueva dirigente del PRI. Y vaya que arrasó, obtuvo 9,410 votos que representa el 68.53% del total, por su parte Jackson obtuvo 4,173 votos (30.39%). El resto de los votos 1.08% se dividió entre los candidatos desconocidos. Pero ¿qué significa esto para el PRI?
Primero es rescatable que no haya habido acusaciones de fraude tal como sucedió cuando Madrazo y Paredes disputaban la dirigencia del PRI, en esa ocasión la votación fue abierta a toda la ciudadanía y la votación fue muy cerrada. En ambos equipos se acusaron de llevar a cabo las viejas prácticas y de habr cometido fraude. Ahora, prefirieron cuidar las formas y decidideron cerrar el proceso a sus consejeros y delegados, unas 18,000 personas. Creo que esto fue más conveniente y los resultados ahí están, Paredes dirigirá al PRI.
Segundo, ¿qué podemos esperar? ¿Ahora sí habrá un nuevo PRI? Eso depende de la voluntad de la dirigencia, pero sobre todo de los gobernadores que son los verdaderos dueños del PRI, en ellos radica el poder real, por algo se habla de la balcanización del PRI. Así que cualquier intento de reforma tendrá que pasar por manos de los gobernadores.
Es de llamar la atención que Paredes se identifique con las causas de la izquierda y diga que la vocación ideológica del PRI debe ser la de un partido de centro izquierda. Al PRI le urge una definición ideológica porque la verdad es que han pasado de la izquierda más populista hasta la derecha más neoliberal en los últimos años. Por lo tanto, resulta fundamental que tomen una postura ideológica aunque eso represente que muchos grupos ya no sean representados dentro del partido.
El reto para Beatriz Paredes es grande, debe de ponerse a trabajar para construir un partido que anteponga los intereses del país a los de grupos o camarillas. Se habla de que el PRI debe replantear su aoyo a las reformas estructurales, esperemos que ahora sí lo haga. Y represente una opción real de poder para el futuro.
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